Reseña del libro "Temprano Otoño"
"Los Pentland rendían culto a los dioses más transigentes despreciados por el famoso quemador de brujas. A su paso, bajo los álamos de la calle Alta, mujeres y niños polacos se detenían haciendo la señal de la cruz.
La pequeña iglesia presentaba un aspecto muy tranquilo, en contraste con la agitación de la calle Durham, a pesar de hallarse repleta de parientes, amigos y allegados de la familia. Hasta los últimos bancos estaban ocupados por pobres y medio olvidados restos de la familia que no poseían riquezas que les permitieran navegar suavemente por las corrientes de la vida. La vieja señora Featherstone (que corría con el lavado) sollozaba, como era su costumbre en todos los funerales; la anciana señorita Haddon, aristócrata, aunque desprolija, se mostraba, a pesar del verano, envuelta en fourlards y alto sombrero, y una prima de los Pentland lucía su capa, hallándose presente, también, la señorita Mugatroyd, en cuya casa se servía un té acompañado por melancólicos sándwiches."