Reseña del libro "Las ciberamigas que perdí"
Las Ciberamigas que perdí de Gonzalo Castro es lo que queda del amor cuando ha terminado la batalla que, día a día, millones de cibernautas emprenden ante la Internet. Decir esto parecería algo trivial, en estos tiempos en que el amor es algo devaluado, pero es lo que justamente hace la poesía en su búsqueda de la palabra precisa, en su anhelo de recuperar los sentimientos más sublimes del ser humano. La poesía nos restituye en nuestra esencia y en nuestra Otredad. Y somos productos (hablando en términos mercantiles de hoy) del amor, aún. Las ciberamigas, aquí, son la Beatrice de un Dante vicioso de las redes, vicioso de esa búsqueda que todo poeta (el ser humano o el ser virtual de hoy) ha emprendido en algún tiempo de su vida: la conquista de la felicidad en la plenitud del amor. Por tanto, no deberíamos hablar precisamente de una pérdida; sino, al contrario, de una recuperación. Recuperación de la Musa (que se fue) por medio de la palabra escrita en la computadora, en el papel o en el pergamino. El filósofo Alain Badiou dice: "La amistad es un amor calmo; el amor, una amistad excesiva". Como vivimos en la era del Exceso, entonces se han hecho brumosas las fronteras entre lo que es la amistad y lo que es el amor; entre lo que es la novia, la cibernovia, la amiga, la ciberamiga, la saliente... Gonzalo Castro, en este lúdico e intenso libro, a varias cuadras de los últimos románticos como Benedetti o Sabines, se encarga de hacernos pensar en lo que es el amor hoy. "Hoy", qué palabra tan interminable. Miguel Ildefonso
