Reseña del libro "Gernika y otros escritos"
Luis Iriondo sufrió el bombardeo en uno de los refugios de Pasileku. Tenía 14 años: "Hacía mucho calor porque el techo era bajo, no había ningún sistema de ventilación y costaba respirar. Creí que iba a morir asfixiado. Me acordaba del refugio que se hundió cuando lo construían y me entró pánico. Fuera, algo lejanas, se oían las explosiones... Este ruido parecía entrar por uno de los brazos de la plaza y recorrer toda su extensión con un sonido largo, lúgubre, que se metía en nuestro interior. Las explosiones eran seguidas de ráfagas de aire templado, repulsivo, que tenía el sabor de la muerte". Perdida la casa, la familia de Luis tuvo que buscar refugio en Bilbao y, de allí, como otros miles de niños vascos, fue evacuado primero a Santander y después, en un carbonero inglés, a una colonia para mujeres y niños en Vernon-Eure (Normandía). Al volver a Gernika Luis se aficionó a la pintura y a la escritura. En 1962 fundó con Fernando Abaunza la Arteskola. Aquella escuela de arte para niños que se abrió con 29 alumnos llegó a tener más de 180, y cuenta hoy con unos 75 alumnos. En 1961 comenzó a escribir y en 1964 compuso el libreto para la zarzuela Amatxu. Unos años más tarde, en 1979, ganó el concurso de guiones para la ópera Gernika a la que puso música el maestro Escudero. En 1997, con ocasión de la celebración del sesenta aniversario del bombardeo, Gernika Gogoratuz invitó a Luis Iriondo a dar respuesta en nombre de las víctimas de la masacre al embajador de Alemania que acudió a Gernika para leer el mensaje del presidente Roman Herzog. Desde aquel día Iriondo ha participado en todos los encuentros de las víctimas y, a través de Gernika Gogoratuz, junto con víctimas de otras localidades bombardeadas participa activamente en los esfuerzos por construir un futuro sin guerra para la humanidad.
