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portada El Expulsado: Ciclo "Amor y Exilios"
Formato
Libro Físico
Año
2016
Idioma
Español
N° páginas
129
Encuadernación
Tapa Blanda
ISBN13
9781519012869

El Expulsado: Ciclo "Amor y Exilios"

Mois Benarroch (Autor) · Independently Published · Tapa Blanda

El Expulsado: Ciclo "Amor y Exilios" - Mois Benarroch

Libro Físico

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Reseña del libro "El Expulsado: Ciclo "Amor y Exilios""

Un encuentro en la estación central de autobuses con una mujer idéntica a la mujer del expulsado pero treinta años más joven, que resulta ser la misma. Una relación de adulterio que es algo otro. Un autobús secuestrado por terroristas donde se crean dos castas, una superior, la de los delanteros y otra inferior y oprimida, la de los traseros, que admiten y justifican al opresor. Libros dentro de libros y un final que reúne el pasado con el futuro para hacer del expulsado un ser mejorado. Una novela que nos lleva a lo más profundo de nosotros por un escritor que se opone a escribir como todos. Cuando los sefardíes fueron expulsado de España en el siglo quince y llegaron a Marruecos fueron denominados "Megorashim" (expulsados), término que se oponía al de los "Toshabim" (los asentados). Sin embargo durante siglos no fue un término peyorativo, sino todo lo contrario, ser expulsado era pertenecer a una especie de nobleza. Quinientos años después el narrador se siente expulsado de todo, de su pueblo, familia, amores, países, para ir comprendiendo poco a poco que "Me había convertido, como mis antepasados, en un expulsado." DE "EL EXPULSADO" —¿Cómo se llama? —Nahid. —¿Cuál es su apellido? —voz de mujer. —Ah, buenas noticias, hay una mujer. Sois dos, por lo menos dos. Puedo saber qué hago yo aquí. —Lo primeros que debe saber es que aquí nosotros preguntamos las preguntas. —Hacemos. —¿Qué? —Hacemos o formulamos, o preguntamos a secas, pero no preguntamos las preguntas. En castellano se hacen preguntas, se formulan preguntas, pero no se preguntan preguntas. —¿Y a qué viene eso? —Lo que sea, era lo que siempre decía mi profesora de gramática. —¿Y su apellido? —Gramática. —Bueno, Sra. Nahid Gramática, queremos hacerle unas preguntas. —Ah, pues muy bien, a mí me encantan las preguntas. —¿De dónde es usted? —Y eso qué les importa. —Es una forma de entrar en contacto —volvió la voz femenina. —Ah, muy bien, a mí me encanta eso de los contactos. —¿Entonces de dónde es usted? —voz masculina un poco nerviosa. —Pues de dónde voy a ser, de Gramática. —¿Y eso donde está? —En Mesopotamia. —Ya… —¿Está usted casada? —Como todos. —¿Eso quiere decir que sí o que no? —Eso quiere decir: divorciada. ¿O es que ustedes viven en otro planeta? —Bueno, vamos a hablar del autobús. —¿Por qué tomó usted ese autobús? —En busca de amor, una cita en el mediterráneo. ¿Romántico, no? —¿Con quién? —Con un tal Abdel Rahman el Rantisi. —¿Dónde? —En la playa Al Andalus. En el restaurante con ese mismo nombre. Creo que ya se habrá ido, porque nos dimos cita hace siete años en un viaje con mi marido, cuando le vi en una zapatería de alpargatas en Málaga, le dije que estaba casada, dijo que eso cambia, y quedamos para siete años después. —Parece un poco raro, ¿no? —Sí, pero creo que han pasado cosas más raras. —¿Cómo qué? —Como el caballo en el autobús. —¿El qué? —Nadie os lo ha dicho. Había un caballo en el autobús, un delantero. Bueno, más bien un pony, digamos que un pony, porque tomaba dos plazas. Y nadie dijo nada, pero a mí ya desde que subí en Londres me pareció raro y que eso era mala suerte. —¿Usted es supersticiosa? —voz femenina, tosiendo un poco. —Bueno, un poco, como todos. Pero no me diga usted que un caballo en un autobús no es un poco raro. —Sí, muy raro. —¿Y quién mató al pasajero que estaba a su lado? —Bueno, a mi lado no… Estaba delante de mí, sentado con mi novio, porque no encontramos sitios juntos, le pedimos que cambiase de sitio pero dijo que no, que mi sitio no le era cómodo. No insistimos. Tenía razón. —¿Y quién lo mató? —Yo no sé, estaba dormida, pero creo que era el caballo. Era un caballo blanco. Nos lo comimos. —¿Qué? —El segundo día, nos lo comimos, los delanteros recibieron las mejores partes, pero no estaba mal, teníamos hambre. —¿Y el dueño no se opuso? —¿El dueño…? El caballo mismo se opuso. Sí que se opuso. Pero le pegamos un tiro.

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El libro está escrito en español.
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