LA JUSTICIA INTERCULTURAL COMO CRITERIO FUNDAMENTAL DE LAS NORMAS DE COORDINACIÓN ENTRE EL SISTEMA JUDICIAL NACIONAL Y LA JURISDICCIÓN ESPECIAL INDÍGENA
Reseña del libro "LA JUSTICIA INTERCULTURAL COMO CRITERIO FUNDAMENTAL DE LAS NORMAS DE COORDINACIÓN ENTRE EL SISTEMA JUDICIAL NACIONAL Y LA JURISDICCIÓN ESPECIAL INDÍGENA"
La Constitución Política de 1991 acepta la existencia de la Jurisdicción Especial Indígena, al consagrar que dentro de sus territorios las autoridades indígenas podrán ejercer funciones conforme a sus propias normas. Asimismo, la Carta Magna colombiana relaciona de manera paralela la justicia indígena con el Sistema Judicial Nacional, disponiendo que corresponde a la ley establecer las formas de coordinación entre ambas1 . Al reconocer la justicia indígena y la validez de su cultura como expresión de la multiculturalidad, la diversidad y, por consiguiente, del pluralismo jurídico existente en el país, emergen elementos identitarios del modelo estatal que rige a Colombia, especialmente cuando se dispone: “El Estado reconoce y protege la diversidad étnica y cultural de la nación colombiana”2 . Pero, en esa coexistencia se presentan tensiones entre las dos formas de justicia, cuando la indígena exterioriza su cultura y produce cohesión o ruptura social entre los asociados, mientras el derecho o la justicia estatal traduce los valores occidentales de una cultura mayoritaria3 , y más aún, de aquella tradición legal que caracteriza a las instituciones jurídicas del país Por esto, frente a la apremiante necesidad de acoplar estas dos visiones y así garantizar la relación armónica entre ambas formas de justicia, surge la cuestión sobre si en el país estan dadas las condiciones que garanticen una adecuada coordinación entre el Sistema Judicial Nacional y la Jurisdicción Especial Indígena, como lo ordena y en los términos concebidos por la Constitución colombiana. Este interrogante constituye el problema central que se resuelve en esta investigación. Debido a la relevancia que reviste la materia para los pueblos indígenas, resultó trascendental la pregunta sobre aquello adelantado por las mismas etnias, quienes tendrían ocasión de proponer, haciendo uso de su autonomía y determinación, por las instancias propicias para el diálogo entre estas diferentes formas de justicia. Es así que desde el inicio y durante todo su desarrollo, la investigación que aquí se presenta interpeló insistentemente alrededor de la pregunta: ¿han definido los pueblos indígenas la forma idónea de interactuar con el Estado en lo relacionado con su propia justicia? Es evidente el vacío de postulacion o vocería indígena hallado sobre el tema y, por el contrario, ante el deslucido papel que han jugado en esto las diferentes comunidades étnicas, resulta notorio cómo este espacio ha sido abarcado por la jurisprudencia constitucional, como mecanismo supletorio, lo que ha significado la dependencia de la justicia indígena del Estado, a través de su estructura jurídica. Frente a la carencia de una ley que permita establecer las formas de coordinación, y por ende concretar la disposición constitucional, la juridicidad no cuenta con la propuesta indígena hacia la Justicia Intercultural. Por esto, es necesario acertar en una postura que haga viable el lenguaje cultural étnico, desconocido hasta el momento dentro del asunto de interés. De ahí la propuesta para la coexistencia de una Justicia Intercultural que revitalice la visión de la justicia autóctona, fundamentada en las diversas cosmogonías y la entidad espiritual de los pueblos indígenas4 , conservando sus características y reconociéndola en un plano de igualdad jurisdiccional, al momento de interactuar con el Sistema Judicial Nacional, quien únicamente ha dado cuenta de una cultura mayoritaria de justicia occidental o eurocentrista5 .
