Reseña del libro "La Corresponsal / the Correspondent"
Una mujer intenta sanar viejas heridas y encontrarle sentido al mundo de la única forma que sabe hacerlo —a través de cartas— en este encantador e hilarante debut novelesco sobre una vida bien vivida.
“Imagínate, las cartas que enviamos al mundo, las cartas que recibimos en respuesta, son como las piezas de un magnífico rompecabezas, o para una metáfora mejor: si tienen fecha, son los eslabones de una larga cadena, y aun si esos eslabones nunca vuelven a unirse, que claramente no lo harán, incluso si permanecen el resto del tiempo esparcidos por toda la tierra, como las frágiles semillas al viento de un moribundo diente de león, ¿no hay algo maravilloso en ello, en pensar que la historia de tu vida se conserva de alguna manera, que un día esta misma carta podría significar algo, aunque fuera algo muy pequeño, para alguien?”
Sybil Van Antwerp se ha valido de las cartas a lo largo de su vida para dar sentido al mundo y a su lugar en él. Casi todas las mañanas, alrededor de las diez y media, se sienta a escribir cartas: a su hermano, a su mejor amiga, al presidente de la universidad que no le permite auditar una clase que está desesperada por tomar, a Joan Didion y a Larry McMurty para decirles lo que opina de sus últimos libros, y a una persona a la que escribe seguido, pero cuyas cantas nunca envía.
Sybil espera que su mundo siga girando como hasta ahora: madre, abuela, esposa, divorciada, abogada distinguida; ha tenido una vida plena. Pero cuando las cartas de alguien de su pasado la obligan a examinar uno de los periodos más dolorosos de su vida, se da cuenta de que la carta que ha estado escribiendo a lo largo de los años pide ser leída, y ya no puede seguir adelante hasta encontrar en su corazón la manera de perdonar.
Colmada de ese conocimiento que solo proviene de vivir al máximo, La corresponsal es una joya de novela sobre el poder de hallar consuelo en la literatura y conexión con gente que quizás no conozcamos nunca en persona. Se trata de la soberbia de la juventud y de la sabiduría de la vejez, así como de los errores y los actos de bondad que ocurren en el transcurso de una vida entera.