Reseña del libro "Estancias"
El primer viaje de Martín Heidegger a Grecia un regalo de su mujer necesitó muchos años de preparación. Grande fue el temor que con mayor fuerza de la que hubieran conseguido circunstancias externas una y otra vez demoró la partida. Pero el regalo llegó a Consumarse. En la primavera del año 1962 se superó el umbral del sueño, se emprendió el viaje, que condujo en barco desde venecia hasta el Peloponeso, a creta y rodas; después, a través del egeo con dé los como centro, a Atenas, Egina y Delfos, y de vuelta a Venecia. Al principio, no enmudecían las mortificantes dudas sobre si sería concedida siquiera una experiencia de lo griego inicial. Tampoco en Olimpia. Lo griego quedó a la espera. Pero, después, la isla de las islas deparó el cumplimiento. Debido a la experiencia de Délos el viaje a Grecia se convirtió por primera vez en estancia, en permanencia clarificada en aquello que es la Aluheia. A su luz continúa el viaje. En adelante, el pensamiento permanece siempre en la cuestión referida tanto a las experiencias de Grecia como al mundo de hoy de si, y cómo, puede negarse o concederse estancia. El viaje de vuelta por el adriático se convirtió, todo él, en una acción de gracias por el regalo de la estancia y del atisbo de su ámbito.