Reseña del libro "El cuidado del caballo"
Todo lo que tiene que ver con caballos, especialmente los paseos en calesa o trotar en su lomo, es obviamente muy práctico y atractivo. Por ello es lógico que existan muchas escuelas que nos enseñan a pasear en caballo y centros donde las personas pueden aprender a galopar, lo mismo que existen lugares que nos lo muestra como un compañero inseparable en muchas películas de acción. Una buena escuela nos enseñará igualmente cómo llevarle con firmeza y eficacia, cómo cuidarle y hasta cómo debe ser su hábitat o cuadra idónea. Sin embargo, cosas así nos enseñan solamente una parcela pequeña de todo lo que involucra al mundo del caballo, o incluso nos pueden hacer perder el tiempo si su valoración sobre la utilidad del caballo se limita a los paseos o a emplearle como animal de carga. Este libro pretende ser como una academia para personas poco experimentadas en este asunto de la vida con los caballos, especialmente en cuanto a su cuidado y doma. Lo esencial, creo, es evitar relatar una larga serie de consejos y miles de explicaciones con las cuales se termina confundiendo, más que aclarando, lo que un inexperto necesita saber. De hacerse así, el aficionado termina cayendo en una trampa por saturación de conocimientos que le impedirá tomar decisiones correctas. Ciertamente, la confianza proviene del conocimiento, pero un exceso de ello asimilado en pocos días es solamente una información que no se puede procesar puesto que se necesita el otro factor esencial: la experiencia. Al principio, dedique todos sus esfuerzos en manejarle con seguridad para ambos, con eficacia y procurando que esté lo más limpio posible. Esta es una labor muy difícil o al menos agotadora, puesto que se trata de un animal grande, fuerte y con una gran cantidad de ideas y comportamientos propios. Aunque no lo crea, el caballo tiene un cerebro totalmente eficaz que le proporciona fuerte personalidad, al mismo tiempo que grandes sentimientos de fidelidad, tenacidad y capacidad de sufrimiento. Hay mucho dogmatismo tradicional sobre el mundo del caballo, mucho de ello reflejado solamente en algunos libros que están basados en teorías inadecuadas, carentes de ese aspecto práctico y humanista que se debe anteponer siempre a las normas científicas. Por ello, el material presentado en este libro está basado no solamente en los principios probados, sino en la parte sentimental que aproxima a los humanos con los animales, sin olvidar la investigación que nos lleva a cuidar y comprender más a este animal. Esto podría considerarse como una mezcla entre lo mejor de lo viejo y lo nuevo, y de hecho lo es, pues aunque ahora se tenga más en consideración a los animales en general, nunca ha estado el caballo tan apreciado y cuidado como en la antigüedad. El problema es que incluir todos los asuntos que involucran al caballo requeriría un libro enorme o, mejor aún, varios libros, con lo cual estaríamos proporcionando al lector aficionado el abrumador caudal de conocimientos que he criticado anteriormente. Lo importante es suministrar unos conocimientos básicos, pero haciendo énfasis en aquellas cuestiones que más diferencian al caballo de otros animales. Haciéndolo así, el lector tendrá entonces una base legítima para comprender cualquier tema nuevo y, lo más importante, sabrá solucionar, casi por instinto, la mayoría de los problemas que le vayan surgiendo. El más sabio y el mejor cuidador sabe que nunca se termina de aprender sobre los caballos. Bueno, esto es válido para cualquier faceta en nuestra vida, pero con ello queremos insistir en que estamos ante un animal muy complejo y que además de ofrecer grandes premios estéticos a aquellos que saben cuidarles con eficacia, nos proporciona compañía y, con frecuencia, cariño. Finalmente, espero que este libro le ayude a gozar del mundo de los caballos y a que su esfuerzo diario con él se vea premiado por lo mucho que obtendrá con su compañía.
